Del 31 de mayo al 16 de junio de 2024 / Parque de El Retiro

‘La poesía como la ciencia del asombro’ o cómo unir las Ciencias y las Letras

La charla inaugural de la 82ª Feria del Libro de Madrid demostró que no es tan fácil separar las Ciencias de las Letras.
Charla Inaugural FLMadrid23

En el marco de su charla inaugural, y bajo una lluvia intermitente, ayer la Feria del Libro de Madrid mostró que las ciencias y las letras tienen puntos en común en un acto moderado por el divulgador científico Manuel Toharia, y en el que participaron Andrés Neuman, Agustín Fernández Mallo, Raquel Lanseros y Nazareth Castellanos

Eva Orúe, directora de la Feria, dio la bienvenida a todos los asistentes, y citando a Ortega y Gasset, hizo hincapié en la locura que supone «plantar un muro que separe a los de ciencias y a los de letras». El Pabellón CaixaBank, donde tuvo lugar la charla «Somos de Ciencias y de Letras», y en el que no quedó ni un asiento libre tras su comienzo, se escucharon algunas confidencias de la directora. Según ella, no hubo dudas al plantear quienes debían participar en la inauguración, «sus nombres salieron de manera natural». Desde el comienzo dos intérpretes de signos situadas en la derecha del escenario hicieron del acto un evento más inclusivo.

Manuel Toharia abrió la charla remarcando la necesidad de acabar con la manida fórmula de “ser de Letras” o “ser de Ciencias”. Este conocido divulgador científico reivindicaba el carácter transitorio que debe llevar autodefinirse: «Diga usted, ¡ahora estoy en Letras! Yo soy todo». Mientras fuera caía una suerte de diluvio, en el Pabellón los ponentes fueron compartiendo sus experiencias y opiniones sobre la tediosa costumbre de separar constantemente las dos disciplinas.

Nazareth Castellanos compartió que en su infancia se sintió, en numerosas ocasiones, dividida por tener que elegir entre las Letras o las Ciencias. Como investigadora científica que estudia la relación del cerebro y el cuerpo a través de la meditación, se pregunta desde la Neurociencia cómo es posible que se entienda que puede estudiarse la psicología humana desde una única visión. Señaló también, con voz crítica, la desigualdad que ve y vive con frecuencia, «se le pide mucho a la ciencia que se humanice, y no tanto a las humanidades que se cientifiquen».

Agustín Fernández Mallo, físico y escritor español de libros como Nocilla Dream o El libro de todos los amores, se confesó con el público sobre su relación con estas áreas. «Cuando empecé a estudiar física descubrí esa emoticón que se siente cuándo comienzas a entender algo, al darme cuenta de que sentía lo mismo me dije ¿Será que son ambas cosas más parecidas de lo que nos han hecho pensar?”». Para el escritor gallego tanto la poesía como la ciencia tienen un objetivo común, «crear el mundo, aunque cada uno tome lenguajes diferentes para hacerlo».

Andrés Neuman, siguiendo la línea de Fernández Mallo, compartió que el pensamiento literario y el poético tienen en común la emoción, y que, de una manera muy personal, le gusta «pensar que la poesía puede definirse como la ciencia del asombro» porque «cuando la poesía se queda sin palabras empieza el asombro científico».

Por su parte, Toharia reflexionó sobre cómo la especialización de nuestros saberes ha concluido en una separación radical entre Ciencias y Letras, que no era así en tiempos pasados, «¿Cómo hemos llegado a esa separación? Yo era un buenísimo pianista, pero al final me decanté por un razonamiento práctico y elegí estudiar física. Siempre he tenido un peso encima por esa elección que hice». Ante esta cuestión, Neuman consiguió hacer reír al abarrotado pabellón, poniendo sobre la mesa una situación recurrente y común: resaltar que somos de Letras cuando nos pillan sin saber multiplicar. 

Raquel Lanseros, poeta y traductora, compartió también su experiencia personal. «La practicidad de esa decisión la eligió mi padre por mí. Yo quería estudiar Filosofía, pero al final estudié Filología». Como docente reconoció ver una gran fragmentación en sus alumnos, «pensamos que todo lo relacionado con Ciencias es tangible, empírico, demostrable… lo que nos lleva a pensar que adquiere tintes de superioridad. Las Letras las asociamos a la creatividad, la inspiración, pero estas características no dividen, sino que las hermanan al trabajo científico»

Los ponentes estuvieron de acuerdo en la necesidad de revisar el sistema educativo actual para evitar la fragmentación que se aplica desde edades tan tempranas. En palabras de Nazareth Castellanos, la curiosidad es esencial y debería alimentarse siempre, «es necesario enseñar desde una perspectiva en la que nos guste aprender. No solo en áreas que nos sirvan para nuestro trabajo»

Al final de la charla los cuatro ponentes se atrevieron a recitar ante el público unos poemas. 

Nazareth Castellanos compartió un fragmento de un poema que consiguió emocionarle, Puse corazón en ti para que recordases lo que habías olvidado, pero cuando lo hayas recordado el corazón te habrá abandonado. La investigadora científica reconoció que «no podría haber expresado en esas dos frases todo lo que yo he tenido que poner en ecuaciones de cinco folios»

Con esta charla, con la que se dio por inaugurada la 82ª Feria del Libro de Madrid, se demostró la necesidad imperiosa de acabar con la ruptura entre Letras y Ciencias, y la magia que sucede cuando estas convergen y se hermanan en actos como este.





 

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