Actividades para sensibilizar sobre la naturaleza, para amarla y para leerla
A primera hora del miércoles, la sombra de los carboneros cruzaba los techos de las casetas aún cerradas. La brisa, esquivando madroños y plátanos, se mezclaba con el canto de estorninos y currucas, tropezando con las ramas de los castaños de Indias. En El Retiro, el viento olía a césped, a rosaleda y a libro nuevo.
Ayer, la Feria del Libro de Madrid celebró el Día del Medioambiente con una programación especial: LiterNatura. Esta iniciativa busca explorar la literatura actual que se inspira en la naturaleza, la explica y la protege. Libros y medioambiente se unían en la Feria para responder a dos preguntas: ¿Cómo se escribe sobre la naturaleza? ¿Cómo se expresa con palabras algo que nos suele dejar mudos?
‘Más que magia es ciencia’
La jornada LiterNatura comenzó con una experiencia interactiva llamada ‘El ciclo del agua y el bosque sensorial’, un taller inmersivo diseñado por Raúl Reguera para los visitantes del Pabellón Infantil. Los niños observaban atentos cada objeto que salía de la caja de experimentos de Reguera, acompañando cada nuevo descubrimiento con un sonoro «¡Oooh!». Reguera presentó su eslogan: ‘Más que magia es ciencia’.
A través de experimentos, explicó el origen del agua en la Tierra, cómo filtrar un vaso de agua sucia para beber, de dónde proviene la sal de los mares y por qué hay ríos que brotan de la tierra. Los asistentes descubrieron los secretos de los ecosistemas acuáticos y aprendieron la importancia de cuidar este recurso vital. La vida de los bosques depende de la salud del ciclo del agua, y, a través de una experiencia sensorial inmersiva, los más pequeños descubrieron la magia de la naturaleza de la que somos parte.
Cambiar nuestra perspectiva sobre la naturaleza nos transforma. ¿Cómo se escribe sobre la naturaleza? ¿Cómo se puede describir algo que nos deja sin palabras? En el Pabellón CaixaBank, Pilar Adón y Antonio Sandoval compartieron por la tarde sus técnicas de creación e inspiración en sus propios paisajes vitales. Adón defendió el vínculo imborrable entre naturaleza y literatura, describiendo los recursos naturales como una constante en su obra para marcar los límites del control de los personajes: «El interior de las casas representa un encierro. La naturaleza abierta, los horizontes inalcanzables, representan el descontrol, el fin de los límites», afirmó. Recordó su propia relación con la lectura en un refugio improvisado bajo una mesa. Sandoval, por su parte, compartió cómo su pasión por la observación de aves le condujo a la escritura, documentando sus primeras observaciones y cantos escuchados.
María Ospina: «Si nosotros somos los huéspedes, ¿quiénes son los anfitriones?»
La naturaleza nos habla, y debemos saber escuchar para darle voz. La ganadora del Premio Sor Juana Inés de la Cruz, María Ospina, presentó en el Pabellón CaixaBank su novela Solo un poco aquí (PRH, 2023), donde escucha y da voz al reino animal. Ospina aboga por salir del antropocentrismo y cultivar la otredad, inspirada por la naturaleza exuberante de Colombia. Se preguntó: «Si nosotros somos los huéspedes, ¿quiénes son los anfitriones?».
Gabi Martínez, escritor y periodista de viajes, presentó Delta, obra sobre la presión climática en la desembocadura de un río. Martínez afirmó que esta literatura es la verdadera vanguardia y destacó la importancia de democratizar las perspectivas, añadiendo voces a la conversación. Insistió en que el arte debe transmitir su mensaje sin necesidad de prefijos: «La novela coral debe ser biodiversa».
La banda sonora de las plantas
El día culminó con un espectáculo sonoro de Gustavo Giménez, músico experimental y poeta. Con su voz como único instrumento y un mezclador de audio, Giménez creó una composición musical en directo, dinámica y consciente, que puso el broche final al Día Mundial del Medioambiente.
Este evento en la Feria del Libro de Madrid no solo celebró la literatura, sino también la interconexión vital entre las palabras y el mundo natural que nos rodea.
La conciencia de las imágenes: fotos que hablan y conciencian
A veces, las palabras no alcanzan a expresar lo que sentimos. También en la Feria del Libro de Madrid, una fotografía puede valer más que mil palabras. Esto se evidenció en la exposición ‘Diversidad Amenazada. Océanos’, de Lunwerg Editores, con fotografías del físico teórico y fotógrafo Álvaro Rújula. En el Paseo de Coches de El Retiro muestra su trabajo en Filipinas, Micronesia, Bisayas, Papúa y Galápagos hasta el 16 de junio.
Tras una breve presentación, Rújula recorrió la exposición junto a los visitantes. Aunque no sabía la ubicación exacta de muchas de sus fotografías, argumentó: «No importa. Mis fotos intentan concienciar sobre lo que existe bajo la superficie y que estamos destruyendo. Lo que no se ve es muy difícil de cuidar». El fotógrafo, que ha viajado y buceado por todo el mundo, recordó el momento en que se enamoró del mar a los 12 años, en las costas del sur de España. Ese flechazo perdura hasta hoy, evocando viajes en barca para bucear en el estrecho, cuando miles de delfines cruzan desde el Mediterráneo hacia el Atlántico. Rújula relató cómo, en noches sin luna, el sonido de los delfines al respirar es atronador y cómo, bajo el agua, el sonido viaja más rápido, pero se gana movilidad en una dimensión adicional.
