El Pabellón Europa, hasta la bandera para ver y escuchar a Alejandro Jodorowsky.
El primer sábado de la Feria del Libro de Madrid de 2024 volvió a hacer honor a su carácter festivo. Desde primeras horas del día, el Paseo de Coches de El Retiro se llenó de vida con visitantes ansiosos por descubrir novedades literarias. El calor de días atrás dio una tregua y la lluvia no hizo acto de presencia, de momento.
Todos los eventos programados agotaron aforo. Las colas de lectoras y lectores, esperando la ansiada firma, tras encontrarse con su autora y autor favoritos, fueron la mejor prueba de que en la Feria del Libro de Madrid es posible vender 80 ejemplares de un título en una hora. Ese fue el balance de uno de sus expositores. Ni la final de la Campions League retrajo por la tarde al público, a tenor del lleno total hasta su cierre.
La programación cultural comenzó en la Biblioteca Municipal Eugenio Trías, donde las autoras y editoras Luna Miguel, Elena Medel y Mónica Ojeda participaron en el Club de Lectura ‘La poesía nos salvará’. En esta sesión, se exploró el complejo mundo de la poesía y la dificultad de encasillar la escritura en un solo género. Luna Miguel compartió que, más allá de preocuparse por la intimidad revelada en sus poemas, su verdadera obsesión radica en la búsqueda del acento perfecto para plasmar sus emociones en el papel.
Por la tarde, la autora francesa Violaine Bérot, recientemente premiada por la Asociación de Librerías de Madrid por Como bestias, retomó sin saberlo la idea de Luna Miguel: «La historia es solo un detalle, lo que yo busco es el tono, la voz que puedo encontrar para narrar», afirmó. En la mesa titulada ‘Novela negra y territorio’, Pilar Adón y Roxanne Bouchard coincidieron con Bérot en la importancia del tono y la voz narrativa. Las tres escritoras discutieron la relación entre paisaje e historia. Por su parte, Adón también destacó cómo la naturaleza intensifica sus experiencias y narrativas: «En la ciudad vivimos de puntillas. Cuando estoy en la naturaleza algo pasa en mí. Todo es más visceral».
Moderados por Pablo Simón, el escritor quebequense Éric Chacour y el dramaturgo español Alberto Conejero conversaron sobre los temas centrales de sus obras: el exilio, las ausencias y los amores prohibidos. Chacour, galardonado con el premio Femina des Lycéens y el Premio de las Librerías de Francia por su novela Lo que sé de ti, reflexionó sobre las normas sociales y el proceso de liberarse de ellas. Conejero destacó el valor de la literatura en permitirnos vivir diferentes experiencias humanas.
Uno de los eventos más esperados del día fue el encuentro con el escritor Alejandro Jodorowsky, que llegó a la Feria en tuk tuk. Una hora antes de su presentación, una larga cola de fans ya se había formado para entrar en el Pabellón Europa. Jodorowsky, conocido por su carismática y controvertida personalidad, compartió consejos con una audiencia que le mostró auténtica veneración, incluso en un par de momentos difícilmente clasificables como políticamente correctos.
Para cerrar la tarde, las periodistas Leila Guerriero y Anatxu Zabalbeascoa dialogaron sobre el arte de la entrevista, explorando sus procesos de investigación y escritura para elaborar un perfil. Moderadas por la editora Eva Serrano, las periodistas enfatizaron la importancia de crear una intimidad con el entrevistado y de que el entrevistador debe ocupar un papel secundario. En palabras de Leila Guerriero: «El entrevistador que solo pregunta es el que ve la partitura, pero no la escucha ni siente. Cuando se ve realmente al personaje, se es testigo de la partitura hecha música».
Foto © Patricia J. Garcinuño
