La Feria recupera los títulos con los que escritoras y escritores se engancharon a la lectura, y las últimas novedades literarias que han conquistado sus mesillas de noche.
Durante los 17 días que dura la Feria del Libro de Madrid en El Retiro, lectores y lectoras se han hecho con nuevos títulos, los han tachado de sus listas de deseos, han hecho colas y han esperado para conseguir las ansiadas firmas de sus admirados escritores y escritoras. Un año más la literatura se impone como reina del Parque durante estos días señalados. Pero ¿qué leen los que escriben?
Carlos Herrera, se enganchó con un clásico Mujercitas de Louisa May Alcott, y a otra escritora de sobrenombres está leyendo ahora, La mujer rota, de Simone de Beauvoir.
Con otro clásico, esta vez de la literatura española, se acercó Marta Sanz a los libros: El Lazarillo de Tormes. Su última lectura, Los que vienen, de Alberto Cascón, un libro sobre el duelo y el aprendizaje.
Para la poeta Sara Búho la fantasía fue el género que consiguió que llenara de libros su habitación: la saga ‘Memorias de Idhún’, de Laura Gallego, y Harry Potter. Ahora, la novela autobiográfica de Cristina Peri Rossi, La insumisa.
La actual lectura de Santiago Posteguillo es Las Catilinarias de Cicerón, como parte del trabajo de documentación para sus novelas. No puede decidirse por un libro que marcara su infancia, pero Salgari y Julio Verne son los primeros nombres que se le vienen a la cabeza.
También de historia está plagada la lectura actual de Juan Luis Arsuaga, 1177 a. C.: El año en que la civilización se derrumbó, de Eric H. Cline, que tiene muy presente el Libro de la Selva, de Rudyard Kipling, si recuerda sus primeros libros.
Al periodista Carlos del Amor le marcó la saga de ‘Los Cinco’ en su infancia; A sangre Fría, de Truman Capote, su etapa de estudiante; y en su juventud, Cien años de soledad. En su mesilla de noche, Los astronautas de Laura Ferrero.
¿Y qué está leyendo Ferrero? Canción dulce, de Leïla Slimani. Como lectura de cabecera de su niñez, El dios de las pequeñas cosas, de Arundhati Roy.
Alejandro Zambra, destaca de las lecturas de su infancia Las aventuras de Tom Sawyer, de Mark Twain, y ahora está leyendo Fortuna, de Hernán Díaz.
Para Héctor Abad leer Las Mil y una noches fue su enlace con la literatura, aunque reconoce, que fue una versión adaptada. La figura del mundo, de Juan Villoro es la lectura que tiene ahora entre manos.
Henric Zimmerman leyó a los 11 años Exodus, de Leon Uris, y se encuentra terminando Al salir de Yad Vashem, de Blanca Navarro.
Noemí Casquets tampoco puede decidirse por una lectura clave en su infancia, pero si recuerda su última lectura, Siddharta, de Hermann Hesse.
Colmillo Blanco, de Jack London, marcó la niñez de Laureano Debat, que ahora se encuentra encandilado por las páginas de Gozo de Azahara Alonso.
Miguel Ángel Moratinos resalta El principito, la novela de Antoine de Saint-Exupéry, pero ahora se encuentra frente a una obra coral, una colección de artículos de los clásicos y sus comentarios sobre Nueva York.
Juan José Millás está leyendo La historia de los vertebrados de Mar García Puig, y de sus primeras lecturas recuerda Cinco semanas en globo, de Julio Verne.
Foto © Isabel Infantes
