Donna Leon en la Feria del Libro de Madrid: «¿Cómo van a ser mis libros un legado si me he pasado la vida leyendo?»
La primera jornada de la 82ª edición de la Feria del Libro de Madrid se cerró ayer con una gran afluencia de lectoras y lectores, largas colas de espera para conseguir los autógrafos de los escritores que visitaron el recinto, y una lluvia intermitente que no logró desalentar a los lectores más entusiastas. La Feria del Libro de Madrid se ha convertido otro año más en un lugar de encuentro entre autoras y autores y los lectores. Este evento es el marco perfecto para debatir sobre literatura, libros, y la importancia misma de la celebración.
La cola de espera para conseguir la firma del escritor de novela negra Joël Dicker comenzaba a formarse horas antes de su llegada, anticipando una gran afluencia en este primer día de feria. Dicker reconoció que la Feria del Libro de Madrid es su favorita: «Muchas veces sientes que todas las Ferias son la misma Feria». El escritor reseñaba su primera visita en 2013, cuando conoció la ubicación en el Retiro, con las casetas en el parque, el sol. Dicker aseguraba: «Desde entonces se ha convertido en mi Feria del Libro favorita». El autor reconoce que no ha escrito ninguna novela situada en Madrid porque para él es necesario conocer profundamente un sitio para que se convierta en el escenario de una historia. «Conocer la ciudad desde dentro es esencial para poder escribir sobre ella», y añade, entre risas: «Me encanta Madrid, necesito más tiempo aquí para conocer la dinámica de la ciudad. Pero la vida es larga… ¡Sigo siendo joven!»
El primer sábado de Feria estuvo cargado de eventos con grandes autores nacionales e internacionales. Tras el corte de claqueta, aparecen en escena los cineastas Paula Ortiz, León de Aranoa y Rodrigo Cortés participando en una charla sobre escritura y cine. En este acto compartieron reflexiones y experiencias personales y profesionales, sobre cómo los lenguajes cinematográficos y literarios comparten espacios, sentires y narraciones. Uno de los ejes principales de la charla fue el de adaptación cinematográfica de las grandes obras de la literatura. La cineasta Ortiz definía la adaptación al cine como el pulso de la obra literaria con la obra fílmica. León de Aranoa añadía que «es necesario ser buen narrador para ser director de cine», y Cortés reseñaba que en los guiones cinematográficos no puede hacerse trampas literarias para terminar con la siguiente reflexión: «aunque el cine es evocador exige concreción».
Otro de los eventos destacados y esperados de la jornada fue el «mano a mano» entre las escritoras de novela negra Dolores Redondo y Donna Leon. La charla, retransmitida en streaming (que puede verse en el canal de YouTube de la Feria), reunió a las dos autoras en una conversación que versó sobre sus diferentes procesos creativos, la construcción de historias, y cómo viven y sienten a sus personajes mediante la escritura. Ante la audiencia, la autora Dolores Redondo defendió que cuando ella escribe, vive dentro de su novela: «Siento que soy el personaje». En la postura contraria, Leon reconocía mantener «una distancia con los personajes, siempre».
Al terminar la charla, Donna Leon comentó entre risas la facilidad con la que reconoce a sus seguidores españoles: «directamente me saludan con besos. Son súper afectuosos. Me dicen “I love u”». Leon en ocasiones ha mencionado que no desea dejar sus libros como legado y se mantiene firme pese al cariño que le demuestran sus lectores.
Leon se revuelve: «He sido por décadas profesora de literatura inglesa, ¿cómo van a ser mis libros un legado si me he pasado la vida leyendo? Jane Austen, Charles Dickens, Henry James…» Para algunos de sus lectores la escritora formaría parte de esa lista.
Al final de la tarde tuvo lugar el encuentro entre Sara Mesa y Alejandro Zambra sobre literatura e infancia. Con motivo de sus últimas publicaciones, La familia y Literatura infantil. Zambra compartió con el público que «la infancia es siempre ficción porque olvidamos los recuerdos y es en la literatura donde los completamos y nos libramos de la culpa de no recordar». La escasez en el plano literario de obras literarias que tengan a la infancia como protagonista. Zambra relacionaba la falta de obras de dicha temática con la reticencia de «los pudores masculinos». Mesa, por su parte, defendía que todos fuimos niños, y añadía: «Hay niños que no me caen bien. Eso no hace más que indicar que cada niño y niña es un individuo diferente».
