Jesús Maraña: «Hay que saber a quién pertenecen los medios, qué cantidades reciben, cómo se financian»
La lluvia de fondo acompañó el coloquio ‘Periodismo y crispación’ que inauguraba la última semana de la Feria del Libro de Madrid.
Tras la resaca electoral por las elecciones europeas, el salón de actos de la Biblioteca Eugenio Trías acogió este encuentro que reunió a Jesús Maraña, director de Infolibre; Miguel Álvarez, investigador de la Universidad de Castilla-La Mancha; Marta Jaenes, subdirectora de Infolibre; y Raquel Ejerique, directora adjunta de eldiario.es.
«Contra el ruido y la desinformación, periodismo veraz». Así comenzó Maraña el coloquio, subrayando que el periodismo es «una garantía de la calidad democrática de un país». La rápida difusión de bulos y desinformación en redes sociales, el clickbait y la proliferación de pseudomedios gratuitos en internet son desafíos significativos tanto para periodistas como para lectores.
Este encuentro buscó ser un espacio para discutir estrategias contra la intoxicación informativa que inunda la red. Además de las plataformas digitales como X (antiguo Twitter), Instagram o Facebook, han crecido canales privados de difusión que, protegidos por aplicaciones de mensajería, difunden bulos y noticias falsas sin control y con gran alcance.
Saltar el muro de pago
Según Maraña, la situación de la profesión se debe al cambio del modelo de negocio de la prensa de papel al muro de pago. Argumentó que los discursos de extrema derecha han crecido gracias a campañas oscuras en redes, financiadas mediante clics y difundidas en blogs que se autodefinen como medios pero que publican artículos sin contrastar, sin fuentes y sin ética. Ante esta situación, solo queda la regulación y el control.
Por su parte, Raquel Ejerique admitió: «¿Cómo no nos hemos dado cuenta? Hay gente que no lee ninguna de las cabeceras de renombre del país y se informa a través de canales de difusión como los del agitador Alvise Pérez, que ha conseguido 800 mil votos en estas elecciones sin tener programa político».
Miguel Álvarez corroboró que los pseudomedios «suelen cobrar por campañas institucionales como las de prevención sexual o las llamadas a la ciudadanía para la declaración de la renta, pero no hay control sobre si siguen el código deontológico, si generan empleo, si son transparentes». A menudo, estos medios existen solo el tiempo necesario para cobrar subvenciones o durante lo que dura la campaña política. Para Álvarez es fundamental distinguir entre medios de información pública y medios de comunicación privados, lo cual requiere un marco regulatorio que persiga y castigue a quienes no cumplan.
¿Qué es periodismo y qué no lo es?
El director de infoLibre señaló que uno de los errores más importantes es permitir que el activismo o los negocios relacionados con la comunicación se presenten como periodismo. «El periodismo tiene unas obligaciones y responsabilidades que un negocio de comunicación no», dijo, añadiendo que «la falta de regulación hace que prime la ley del más fuerte». Insistió en la necesidad de criterios objetivos que no limiten la libertad de expresión y en la transparencia: «Hay que saber a quién pertenecen los medios, qué cantidades reciben, cómo se financian». Además, debe haber capacidad de actuación contra la mala praxis. «El periodismo es libre, pero no gratuito. Hay que darle valor al trabajo y cumplir con la calidad informativa». Reconoció que el modelo de financiación por publicidad digital no se sostiene, lo que se suma a la tendencia de consumo inmediato.
Asimismo, el periodista concluyó que los pseudomedios se aprovechan de la difusión de bulos en blogs efímeros que existen el tiempo justo para cobrar una subvención o hasta que finaliza una campaña. Jesús Maraña también puso el foco en la necesidad de educar en información: «La impunidad de estos actos de desinformación en redes sociales es lo más preocupante. Tiene que ver con la globalización digital, la externalización de las empresas del sector y una regulación obsoleta que se aplica de manera extensiva al mundo digital».
Miguel Álvarez urgió una regulación, una «vacuna contra el virus de la desinformación». Explicó que las políticas editoriales de las redes sociales vienen de China o de Elon Musk, no de España o Europa. Abogó por una regulación que proteja al lector, saque a la luz las dinámicas ocultas y las castigue. Existen también campañas oscuras que conectan con los miedos y emociones de los ciudadanos, desmovilizando el voto contrario. Este investigador de la Universidad de Castilla-La Mancha mencionó la técnica del Manual Bannon, en honor a Steve Bannon, asesor de Trump, quien utilizó datos de Facebook obtenidos de manera irregular para hacer microtargeting en sus campañas.
Todos coincidieron en la necesidad de un marco regulatorio que limite estas estrategias oscuras y, en palabras de Maraña, «ponga de manifiesto que el derecho a la información es de los ciudadanos».
Fotos © Gustavo Valiente