La charla inaugural de la 83.ª Feria del Libro de Madrid destacó puntos comunes e imprescindibles en ambos ejercicios
La Feria del Libro de Madrid más olímpica comenzó ayer de la mano de tres personalidades que nadan entre el deporte y la escritura: los escritores y periodistas Leila Guerriero y Pierre Assouline, y el ex futbolista Miguel Pardeza. Moderados por Eva Orúe, directora de la Feria, sentaron las bases a la pregunta que protagoniza esta edición: ¿Qué tienen en común literatura y deporte? Para los tres participantes, acostumbrados a ejercitar el cuerpo y la mente, fue sencillo encontrar coincidencias entre ambos ejercicios: disciplina, concentración y fe.
Al inicio de la charla, bautizada como ‘La conquista del espacio en blanco’, Orúe afirmó que «no hay género literario ajeno al deporte y que la literatura siempre ha ocupado a escritores, editores y lectores, ha impulsado la creatividad, ya sea proponiendo historias y personajes, o el reto de una página en blanco».
Buscando las fronteras entre las dos disciplinas, Guerriero compartió: «Corro para terminar de correr, y escribo para terminar de escribir», y que casi siempre lo hace con música. Assouline se mostró en firme desacuerdo: «Es necesario aislarse para escribir». Desaconsejó a los asistentes y oyentes oír música para practicar el escribir o el leer por una razón que expresó poéticamente: «Escribir ya es música. Es a través de la soledad dónde conectan lector y escritor».
Pese a no encontrar un consenso en cuanto a cómo ejercer la escritura, sí que lo hubo al hablar sobre qué valores aporta su ejercicio al escritor. Pardeza destacó que el espíritu de sacrificio que él desarrolló gracias al deporte, le fue más que necesario en su posterior faceta como escritor. Los tres autores-deportistas estuvieron de acuerdo en que la constancia y la fe –en uno mismo y en el equipo– se antojan también, cualidades imprescindibles.
Foto © Isabel Fuentes