Del 31 de mayo al 16 de junio de 2024 / Parque de El Retiro

La Feria abrió sus puertas a universos fantásticos en la tarde del domingo

Historias de brujas, héroes y superhéroes invaden distintos géneros literarios como la novela y el cómic. Luis Landero y Laura Ferrero acapararon gran parte de la atención del público que visitó la Feria por la mañana.

Luis Landero: «El lenguaje oral de mis abuelos, sumado al lenguaje culto crea algo maravilloso»

«La imaginación es plasmar cosas esenciales de la realidad que están escondidas», sentenció ante el auditorio Luis Landero. En la misma mesa —titulada ‘El viaje de escribir’—, Laura Ferrero, y ambos han convencido de su poder de convocatoria; el aforo se completó nada más empezar. 

En Los astronautas «quise escribir la historia de mi familia, pero cada uno me dio una versión, así que opté por dar un rodeo: contar la novela desde lejos, usar mi imaginación», explicó Ferrero.

Los dos llegaron a la lectura habiéndose criado en hogares sin libros ni cultura lectora. El escritor extremeño, Premio Nacional de las Letras Españolas 2022, remarcó que, pese a no haber visto jamás un libro en su ámbito familiar, consideró una suerte haberse criado con la cultura y el lenguaje popular, con los relatos orales y maravillosos contadores. «El lenguaje oral de mis abuelos, sumado al lenguaje culto crea algo maravilloso», afirmó orgulloso. Landero suplió la ausencia de referentes familiares relacionados con la cultura, nutriéndose de la biblioteca de una vecina. Ese fue el motivo por el que sus primeros contactos con el mundo literario fueron bestsellers, «mucha novela policíaca, aunque en literatura, lo que no mata engorda», remató.

Luis Landero y Laura Ferrero también encontraron puntos de conexión en su faceta de escritores: su primera oportunidad para publicar se hizo esperar. A Landero se le metió el «demonio de la literatura dentro» a los 10 años y desde entonces se ha dedicado a escribir para aprender a hacerlo, no con intención de publicar. Ferrero, por su parte, reconoció que no sabía que se pudiera vivir de la escritura, y que antes de publicar «escribía para entenderme a mí, como manera de estar en el mundo». Ambos coincidieron en que las lecturas de la infancia determinan quién serás como lector, como escritor y como persona.

La ciencia irreverente

El grupo de divulgación científica y humorística Big Van Ciencia aparcó su furgoneta ayer en el salón de actos de la Biblioteca Eugenio Trías para destruir mitos sobre la Ciencia, destruir las barreras que separan a los de Letras y a los de Ciencias, y hacer humor con todo ello para poder acercar las STEM a todos los públicos en clave de humor. «La charla ‘Mitos de la Ciencia’ es un espectáculo de humor y también es divulgación científica, aunque suene raro», argumentó la biomédica Helena González-Burón. El objetivo de este grupo de científicos es hacer más asequible el conocimiento técnico.

González-Burón, junto al químico Oriol Marimon, y al biólogo marino Juan Junoy, reivindicó el orgullo de saber las propiedades físicas y químicas de los superpoderes de los héroes de Marvel, y también los elementos de la tabla periódica y su posición. La biomédica jaleó a su público friki y orgulloso: «¡Somos empollones! ¡Aquí se hace humor inteligente!» Y la risa de un niño llenó la sala. 

El zoólogo marino se apresuró a desmontar el mito de las sirenas, dado que el animal que les dio origen —el manatí—, no tiene un cuerpo tan estilizado, sino que una especie de vaca del mar.

La charla continuó rompiendo todas esas falsas creencias que recibimos a diario por whatsapp, las que se oyen en el bar de refilón, o los mitos que se comparten como reales en las redes sociales… Se proclamaron hurras por la Ciencia, por los cubos de rubik y por todos aquellos negacionistas que no quieren entender que Winter is not coming por algo. 

Taller de cómic con David López

El ilustrador David López dibujaba mientras un montón de niñas y niños miraban atentos el trazo en el folio. «Si pinto con la punta del pincel o con la parte plana el grosor es distinto», decía. Es la primera clase de ilustración que reciben estos chicos y chicas en este taller organizado por Pentel, colaborador de la Feria del Libro de Madrid. «¿Véis? Y así queda como en Bluey», añadió López completamente rodeado de niños y niñas que seguían absortos en su dibujo. El dibujante conoce sus series de animación preferidas, compartió con ellos códigos, lenguaje y referencias. 

El artista —también dibujante de Catwoman para DCComics y de Captain Marvel para Marvel—, colocó en la mesa hasta siete pinceles diferentes y explicó, mientras realizaba un dibujo, todas las funciones y características de cada uno. 

Brujas, historia y fantasía

La escritora Belén Martínez presentó ayer su última novela El alma de brujo en el salón de actos de la Biblioteca Eugenio Trías. La historia se sitúa en los bombardeos de Londres del año 1940. La autora explicó que el conflicto de sus novelas deriva de la mezcla de lo real y lo fantástico. Sitúa en un momento histórico concreto una línea de vida de un personaje y el influjo de un suceso mágico, misterioso y fatal. La protagonista de su obra intenta sobrevivir en una ciudad que está siendo bombardeada hasta que una noche sucede algo mágico que hace que cambie todo. 

La referencia estética, dijo Martínez, es victoriana, aunque la historia suceda en los años 40 del siglo pasado. Se busca la mezcla de la vida cotidiana de una época determinada a la que se le disfraza con la ropa de otra y se le inyectan dosis de magia. Para ella el escenario que se crea para acoger la historia de los personajes es como un holograma sobre la realidad. A la verdad se le pueden dibujar líneas por encima para crear un universo particular, mágico, evocador, distinto…

Sobre la creación de los universos fantásticos trató la charla ‘Género fantástico’, entre Bruno Puelles, Irene Morales, Lucy Holland y Carmen Romero. Holland, autora de Sistersong, reconoció que la literatura de fantasía es una excusa para poder contar otras vidas y darle volumen a otras voces que están silenciadas en otros géneros. Romero, por su parte añadió que la fantasía ahora está evolucionando. Se incluyen perfiles LGTB, relaciones no tradicionales, conceptos que no cabían en la épica de lo fantástico hasta hace poco.

Puelles afirmó que el género fantástico «es una forma buenísima de hablar de la realidad», y confesó no poder identificarse con ninguna figura de los libros que leía. «A mí me faltaba el sol en los libros que leía. Ahora lo llamo fantasía épica mediterránea», bromeó Morales.

 

Foto © Isabel Infantes

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