Hoy lunes 3 de junio la Feria abrirá al público a partir de las 18:00 por aviso de alerta naranja.

La Feria del Libro de Madrid organizó dos talleres en la prisión de Estremera centrados en el fomento de la creatividad

Un grupo de internas exploraron el poder transformador de las palabras y el arte a través de la fotografía y la escritura durante dos tardes
Internas de la prisión de Estremera en un taller dirigido por la editorial Comisura

Dos miembros de la editorial Comisura fueron los encargados de dirigir los talleres

En el marco del programa ‘El vaivén de la Feria’, la semana pasada se celebraron un par de propuestas creativas muy especiales en el Centro Penitenciario Madrid VII, ubicado en la localidad de Estremera. Varias personas del equipo de la Feria del Libro de Madrid, encabezadas por su directora, Eva Orúe, compartieron varias horas del miércoles por la tarde con un grupo de internas del módulo 9 con motivo de una actividad que tenía como objetivo principal despertar su imaginación y potenciar su capacidad creativa a partir de fotografías. La tarde del jueves, segunda jornada del taller, se centró en el cuerpo, y en la posibilidad de convertirlo en texto, y de esa manera, abrazarlo. 

La dinámica de la primera sesión se inspiró en trabajos previos de autoras como Sabina Urraca y Marta Jiménez Serrano, quienes, en colaboración con fotógrafas como Bego Antón o a partir de archivos fotográficos olvidados del siglo XIX, crearon libros de ficción publicados por la editorial Comisura. Precisamente, dos integrantes de este sello, Jesús Cano y Laura C. Vela, fueron los encargados de dirigir los ejercicios creativos propuestos. Comisura, que nació en 2021, pone especial atención en libros considerados como inclasificables y con difícil acceso a los circuitos comerciales.  

En la segunda jornada del taller, el grupo de participantes creció y más de 10 internas trabajaron un texto autobiográfico en relación con la colección del catálogo de Comisura ‘Esto no es un cuerpo’. La dinámica consistió en escribir una carta a una parte del propio cuerpo, para que, en una segunda intervención del texto, otra compañera contestara a la misiva. Se escribieron palabras a la mirada, los ojos, al pelo, las manos, y a lugares tradicionalmente menos poéticos como el culo o la vagina. La actividad derivó en una reflexión colectiva sobre cómo el «hacerse dueña de las palabras, de los insultos, es una reivindicación de nuestro derecho a existir».   

Eva Orúe, directora de la FLMadrid: «Impresiona ver cómo una colección de imágenes puede desencadenar un verdadero terremoto emocional» 

El primer taller proponía a las participantes seleccionar imágenes y, basándose en ellas, dar forma a sus propias ficciones, demostrando cómo una misma foto puede inspirar interpretaciones muy diversas. La directora de la Feria del Libro, Eva Orúe, reflexionó sobre el poder de las imágenes y las palabras: «Repetimos con frecuencia eso de que ‘una imagen vale más que mil palabras’, pero prefiero pensar que muchas veces, imagen y palabra trabajan juntas para ayudarnos a comprender el mundo y a imaginar otros mundos posibles. En estos tiempos acelerados es esencial desarrollar el sentido crítico: no basta con ver letras o imágenes y disfrutarlas fugazmente; es necesario darles sentido, pensarlas y comprenderlas». Asimismo, se mostró confiada para que la actividad sirviera a quienes acogían a la Feria, «ayudándoles no solo a distraerse, sino también a afrontar mejor su día a día».   

Internas de la prisión de Estremera en un taller literarioLas expectativas fueron sobradamente cumplidas. Tras el taller, Orúe añadió conmovida: «Impresiona ver cómo una colección de imágenes, ya sean antiguas o modernas, puede desencadenar no solo un proceso creativo, sino un verdadero terremoto emocional. Fue hermoso verlo y confío en que también lo fuera vivirlo y protagonizarlo.  

Carmen, encargada de la biblioteca del módulo al que pertenecen las internas que participaron en las actividades, eligió los labios, en el segundo día de taller, y reivindicó el derecho de estos a no ser pintados y maltratados continuamente. Liliana, otra compañera, – o como ella misma se presentó ante el grupo, la Poetisa Encarcelada–, eligió su sexo para, de manera divertida, hablar de la propia falta de relaciones sexuales dentro de prisión.  

Literatura y fotografía como formas de expresión y diálogo 

Para los editores de Comisura, ha resultado muy emocionante la experiencia de impartir este taller con algunas de las internas de la prisión de Estremera. «Ha sido un privilegio conocerlas, conversar con ellas y compartir algunas propuestas de literatura y fotografía que se tradujeron en ejercicios de creatividad sorprendentes e inesperados. Una vez más, la literatura y la fotografía –el arte, en general– se han revelado como una herramienta preciosa que facilita la oportunidad de mantener una conversación inesperada y enriquecedora para todas las partes», afirmó Jesús Cano. El editor también destacó la buena predisposición de las mujeres, entre las que había grandes lectoras y escritoras.

En opinión de Laura C. Vela, «fue un grupo muy participativo, y tanto las fotografías del archivo de Theresa Parker Babb que utilizamos el primer día como la colección de ‘Esto no es un cuerpo’ que vimos el segundo, suscitaron reflexiones en torno al propio cuerpo, que luego generaron una correspondencia preciosa entre el grupo, convirtiendo estos ejercicios de activación fotográfica en un lugar para el diálogo y para propiciar una mirada más lenta y profundamente a las imágenes, a sí mismas y a las demás».

Por otro lado, y cuando les mostraron  ¡Mujeres, mierda!, de María Teresa Andruetto, y les contaron la anécdota de Faulkner y Borges que dio lugar al título, «la emoción fue tal que acabaron lanzando un alegato para resignificar las palabras que usa la sociedad a fin de menospreciarlas o estigmatizarlas», añadió Jesús Cano.

Esta iniciativa se enmarca en el programa ‘El vaivén de la Feria’, cuyo objetivo es llevar la lectura más allá de los Jardines del Retiro durante los 17 días de celebración de la Feria del Libro de Madrid, acercándola a distintos colectivos y espacios. Estos talleres impartidos en el Centro Penitenciario de Estremera han sido un claro ejemplo del poder transformador que la literatura y el arte pueden tener en la vida de las personas. Como afirmó la directora de la Feria, «solo nos queda dar las gracias a quienes quisieron compartir esta experiencia con nosotros». 

Compartir esta noticia

Últimas noticias

Perfil de Nueva York

La Feria del Libro de Madrid: un reto arquitectónico liderado por estudiantes de la URJC

María Peralta Asociación Argadini

Alumnos de la Asociación Argadini participan en un taller de escritura creativa gracias a ‘El vaivén de la Feria’

Obra en El Retiro para mejoras del suministro eléctrico de la FLMadrid

Comenzó la obra que permitirá a la Feria del Libro de Madrid prescindir de uno de los dos generadores