Héctor Abad Faciolince: «Para nadar bien hay que concentrarse y encontrar el ritmo. Para escribir se necesita lo mismo»
El agua y el movimiento del cuerpo dentro de ella se puede parecer mucho a la escritura y la lectura. Cada paso de página como un viraje; cada brazada como una frase que construye un relato. Un ejercicio de respiración y también una inmersión en un espacio-tiempo que pone en suspenso la realidad de la superficie. Ayer en la Feria tres escritores, y nadadores en su tiempo libre, han conversado sobre sus pasiones y lo que ocurre dentro de un texto y debajo del agua.
Aunque se enamoraron de la natación en diferentes etapas de sus vidas, Héctor Abad Faciolince junto a Soledad Puértolas y Laía Argüelles, coincidieron en que tanto para nadar como para escribir se necesita una buena técnica. Para el escritor colombiano, «son dos actividades silenciosas y solitarias. Nadie te puede hablar mientras estás nadando».
En este encuentro, que tuvo lugar en la Feria a última hora de la tarde y moderado por la periodista Carmela García, los autores compartieron sus experiencias personales con el agua y el ritmo. Puértolas hizo sonreír al público al puntualizar que los tres provienen de ciudades de interior, pero que «quizás buscaron el agua por no haberla tenido». 
La punzada de Barthes
Horas antes, el lleno total del mismo Pabellón CaixaBank daba fe del fenómeno ‘Punzadas Sonoras’. Paula Ducay e Inés García, creadoras del famoso pódcast, compartieron, como en cada episodio, reflexiones derivadas de una cita del autor Roland Barthes al hilo de su teoría sobre la muerte del autor. En ese sentido, y para su especial en directo desde la Feria, las dos podcasters sembraron en el público dudas relacionadas con la autoría del texto, su origen y sus interpretaciones, partiendo de la idea de Barthes que defiende que «darle a un texto un autor es imponerle un seguro. Cerrar la escritura».
Se habló sobre el fenómeno Vetusta Morla y la importancia de no buscar un significado cerrado en los textos. Según Ducay y García, «quizás no podemos encontrar un único significado en los mismos, pero nos empeñamos en buscar el mensaje en quien lo ha producido».
Sin alejarse del mismo tema, Julia Navarro, sentada en ‘La Silla de Galdós’, conversaba con Javier Sierra sobre los diferentes formatos que puede adoptar un relato, terminando inevitablemente hablando sobre pódcast, uno de los formatos más queridos hoy en día. «Los relatos vienen por todas partes y tú tienes que competir con eso», le comentaba Sierra a Navarro, destacando la necesidad de captar la atención del lector en las primeras páginas de una novela por la gran cantidad de estímulos externos.
Ambos confesaron su adicción al periodismo y su obsesión por cómo compaginar la tinta en textos periodísticos y narrativos. Para Navarro «el periodismo es estar en la trinchera. Cuando lo dejé, me sentaba a ver los informativos y lo vivía con una angustia enorme. ¡Yo tenía que estar allí!».
De la Blackberry a Tiktok
Y es que, frente a la idea de que los escritores son personas alejadas del mundo que pueden permitirse no acercarse a las innovaciones, la realidad es que los tiempos cambian y los relatos de los autores deben hacerlo en sintonía. Esta idea la explicaba Blue Jeans en el encuentro con la también escritora de literatura juvenil Andrea Longarela. «Mis primeros personajes hablaban por Messenger y tenían BlackBerrys, ahora son influencers y tiktokers. Tengo que evolucionar con ellos», afirmó.
Asimismo, Longarela destacó que «nos hemos acostumbrado a la inmediatez. Está todo muy dirigido», concluyó.
Fotos © Gustavo Valiente
